Hace un par de días decidí leer el libro Dragon’s Lair
escrito por la autora Chantal Fernando. Conforme las páginas avanzaron me fue
imposible no sentirme escandalizada por las acciones del protagonista masculino
de la historia; hay escenas en las que con una ira desmedida golpea cosas y
destroza habitaciones sin razón, y otras más en las que es controlador,
manipulador y violento con la protagonista femenina ejerciendo violencia
verbal.
Con el paso de los años después de haber leído tantos libros
con historias similares, me cuestione: ¿cuántas veces he leído escenas de este
tipo y las he romantizado? Para ser honesta ni siquiera puedo responder esa
pregunta. La concientización por la que estamos pasando gracias a la
globalización me parece impresionante. Estoy segura de que si hubiera leído
este libro en 2013 probablemente me parecería la mejor historia de amor de mi
vida.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), la
violencia es el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo,
otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy
probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos,
problemas de desarrollo o la muerte. Cuando se ejerce presión psíquica o abuso
de la fuerza contra una persona, con el propósito de obtener fines en contra la
voluntad de la víctima, estamos en presencia de un acto de violencia.
Basándome en la definición anterior, me pareció grave que la
autora en ningún momento de la obra tratara de hacer una crítica ante los actos
violentos que se manifestaron en la protagónica pareja. Y utilizo la palabra
“grave”, porque pese a toda la información con la que contamos en la
actualidad, aún existen lectores que pueden creer que el amor está representado
por estos personajes cuando no es así, ya que son el claro ejemplo una relación
tóxica.
“Aceptamos el amor que creemos merecer”… y esto pasa porque
no se nos enseña como amar, es algo que debemos descubrir e incluso aprender.
Para que sea considerada violencia basta con que se presente en una ocasión,
porque generalmente suele ir en aumento de forma paulatina, de manera
silenciosa, y sin darnos cuenta la aceptamos, le abrimos las puertas y nos
acostumbramos, la “normalizamos”.
En esta ocasión no hondare en si la narrativa de Dragon’s
Lair es buena o mala, en si los personajes me parecieron profundos o no; lo que
quiero compartir en esta ocasión es que debemos ser conscientes de lo que
leemos y evitar normalizar conductas que dañan y lastiman a terceros, porque la
violencia no es lo normal, los celos en una relación no lo son, el chantaje
emocional o las agresiones verbales no significan amor eterno.
Lo que quiero decir, es que en este caso se violenta a la
mujer de la novela, pero puede ser al revés y nunca deben de romantizarse o
normalizarse este tipo de acciones, porque una relación sana es aquella que se
basa y fundamenta en el respeto.
Posdata: ¡Feliz año nuevo! Estoy muy contenta porque el 5 de
enero se cumplió el tercer aniversario del blog. Muchas gracias, porque a pesar
de mi inactividad del año anterior han decidido leer esta entrada.